Ser lo que das.
Todo lo que obtenemos, tarde o temprano se presenta con la máscara de un desafío más.
Aquellas primeras y
pequeñas victorias, génesis del triunfo más grande, nos abrazan: ¿cuántas veces
las recreamos para verlas así ocurrir, y degustar la propia porción de ocio
amoroso, el cariño sobre sí?
Vamos buscando nuevas
marcas, presentándonos las cicatrices en ofrenda, sonriendo hasta el final,
abrazando lo que viene, a través de los años inmensos, de cada mirada
imborrable que se aleja.
¿Quién más puede decirte
por dónde seguir más que vos mismx?
(la imagen la capturé durante una tarde de efervescentes cerezos en flor, en el Jardín Japonés de la Ciudad de Buenos Aires)
Comentarios
Publicar un comentario